marginalia ¿sacrilegio o necesidad?
Escribir en la página de un libro ¿sacrilegio o necesidad?
Si alguna vez se te pusieron los pelos de punta viendo como alguien escribía algo en la sacrosanta página del libro que estaba leyendo, te entiendo. Sin embargo, esto de escribir en los márgenes es tan antiguo como los libros sobre los que se escribe. Ya en el siglo I A.C. se utilizaban lo que se conoce como ‘escolio’, una nota que se ponía al margen para explicar un texto.
Luego pasó a llamarse ‘Marginalia’, gracias a Samuel Taylor Coleridge, filósofo, poeta y británico, que acumuló tal cantidad de notas al margen en sus libros, que se han publica libros sólo para recabar la marginalia que creó a lo largo de su vida. Este concepto, siendo el mismo que ‘escolio’ pero menos duro al oído, lo explica muy bien Eduardo Caamaño en su libro Edgar Allan Poe, libro muy recomendable, por cierto:
Al adquirir libros he procurado siempre que tuvieran amplios márgenes, no tanto por amor a los bellos volúmenes como por la facilidad que ofrecen para anotar allí los pensamientos que sugieren, coincidencias y desacuerdos de opinión o breves comentarios críticos en general. EDGAR ALLAN POE, FRAGMENTO DE MARGINALIA (1846).
La marginalia ha sido practicada en casi cualquier época y área de conocimiento y las compilaciones de estos llamados escolios eran literatura en sí misma y generaban mucho interés en investigadores y lectores.
George Steiner indicaba que un intelectual es “aquel que lee un libro con un lápiz en la mano”. No se trata de que te conviertas en uno de ellos, pero hacerlo así es una forma de no leer en modo pasivo. Te obligará a leer de manera activa y consciente, te exigirá pensar y comprender aquello que lees, tendrás que hacerte preguntas, y al anotarlas (marginarlas) en el borde de la página de lectura las grabarás en tu memoria y enriquecerá tu conocimiento y sabiduría. Y brotará tu creatividad.
Esta actitud transgresora de ensuciar la obra ajena ha sido ‘perpetrada’ por escritores como Mark Twain o Vladimir Nabokov, que salpicó su ejemplar de La Metamorfosis de Kafka con correcciones y hasta con dibujitos de insectos. También rondan por ahí unas fotos de un ejemplar de El Resplandor de Stephen King, que perteneció al director de la película del mismo nombre, Stanley Kubrick, que garabateaba partes de sus adaptaciones en las páginas de la obra original.
¿Cómo te ayuda esto a tus estudios de astrología o de tarot? Hay muchísima variedad de publicaciones que hablan sobre el tema, y muchas de esas publicaciones tienen una alta calidad, así como también mucha complejidad. Puede que leas páginas y páginas de cálculos y explicaciones, teorías y opiniones, y te quede la sensación que no aprendes nada, que es todo muy difícil. Sin embargo, en algún momento lees algo que te resuena, que entiendes, incluso puede que hubiera algo que no entendieras en el pasado y, ahora, con esta línea que acabas de leer, no sólo lo entiendes si no que lo integras, has relacionado ideas y conceptos adquiridos en momentos diferentes. Pues ahí puede ser bueno que anotes algo en la página incluso, como yo hago, que lo anotes en las primeras páginas en blanco de tu libro. Ten por seguro que el simple hecho de hacer el acto de escribirlo lo graba en tu mente. También pudieras anotar símbolos o hacer dibujos. Es un buen momento para que cada vez que leas en una página algo sobre el Sol, o Marte, o Sagitario, o los aspectos, hagas el ejercicio de anotar el símbolo que representa el planeta o el signo y así practicar el dibujarlos, cosa que harás sin pensar en el futuro. Los mismo para las cartas del tarot, así irás recordando el número que corresponde a cada carta, o anotando palabras sueltas sobre los significados que vayas descubriendo en diferentes libros y que aplican a cada una de las cartas que estudias.
Si eres un poco más ambicioso puedes proponerte crear tu propio cuerpo de citas o ideas, usando para ello hojas en blanco, o usando fichas, o haciendo uso de aquella libreta tan bonita que compraste o te regalaron y que te sabía tan mal escribir en sus páginas inmaculadas, de tan bonita que es. Esto es muy habitual en aquellos que consideran pecado escribir en un libro, que tienen libretas para contemplar, hasta adorar, y que jamás ensuciarán con tinta ni carbón, pero recordemos que están hechas para escribir también. Si te atreves, tendrás un hermoso libro con tus anotaciones, estudios e investigaciones.
Las notas que vayas tomando a lo largo de los años añaden valor a tu evolución, te recuerdan cómo conversabas con los libros y cómo lo haces ahora, es decir, cómo comprendías lo que leías en un momento dado y como lo haces ahora.
El sencillo acto de leer con un lápiz en la mano es una inestimable ayuda para conocerte mejor, retener y recordar más, y alegrarte al constatar cómo aprendes y cómo comprendes, día a día, nota a nota, los fascinantes mundos del Tarot y la Astrología.
El sencillo acto deleer con un lápiz en la manoes un magnífico ejercicio terapéutico, ya que, como sigue diciendo Allan en su Marginalia ‘nos hablamos a nosotros mismos, con soltura, con audacia, con originalidad, con abandonnément [sic], sin afectación.